"Aterriza aquí, tal vez te sonrías un poco".
¿Sabes qué es una VENTOSA?
A raíz de la escases de medicamentos mucha gente en Cuba recurre a la medicina tradicional, que dicho sea de paso es muy amplia en su desempeño. Mi hermano Joaquín Jiménez es muy bueno en el arte de correr "Ventosas" y el primo Pelayo recurre a él porque su esposa sufre de un aire entre el pecho y la costilla que no le deja respirar hace unos cuantos días. El primo lo busca en su carruaje y mi hermano no se niega, se trata de un asunto familiar y hay que acudir.
La pobre viejita Matilde sufre en cama aquel aire que le impide bienestar en cualquier posición y mete manos a la obra. ¿Cómo estás prima? ¿Dónde es el dolor?. Ella le señala con el pulgar y le señala debajo, entre el ceno derecho y las costillas. El especialista prepara la poción mágica: una moneda de 20 centavos, una pizca de cera, cinco fósforos sin cabezas, una cucharadita de aceite y un vaso de 12 onzas. Posiciona en el lugar del dolor la moneda con la porsión de cera que sostiene los cinco fósforos y prende candela. Cuando todos los fósforos están prendidos aplica el vaso boca abajo y se apagan los fósforos por el consumo de oxígeno y la piel forma dentro del vaso una concavidad que hala descomunalmente la piel para sacar el aire del cuerpo por los poros. La cosa se complica porque al aplicar el vaso se cuela en él la teta de Matilde, cuyo pesón le hacía cosquillas al fondo del vaso. Y ahora qué hago?, se pregunta mi hermano, quien jamás en toda su vida había visto tan descomunal fenómeno. Como un operador de equipos pesados empezó a palanquear y buldociar aquella vieja teta que se había colado en el vaso y forma alguna no había de sacarla del recipiente. Aquello consumió una media hora y al brother le corrían por las mejillas las gotas de sudor. Ya la teta cansada soltó el vaso. Joaquín vio el cielo abierto y la vieja Matilde quedó campana después de tomar un trago de agua al tiempo. Evidentemente había que darle a ese cuerpo unos jalones de tetas, para espantar aquel dolor que no permitía bienestar. Muchas veces los medicamentos industriales no tienen el poder que alcanzan los métodos tradicionales como las ventosas, pero mucho cuidado, hay que saber para ejecutar, es un arte.
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