El robo, el desvío y el desfalco en el Socialismo cubano.

Para nadie es un secreto que el Socialismo trae en su más profundo diseño, problemas sociales y laborales que ni el mismo los puede controlar una vez que los genera. Paga una miseria y ese es el primer motivo por el cual el hombre le roba. Los problemas personales del trabajador son resueltos con los recursos estatales por que no existen entidades privadas que realicen esos servicios. Si al obrero se le rompe algo en su casa, va con el tornero de la empresa y este le presta el servicio en un chance que el jefe salió, pero luego tiene que compensarlo. La vida se hace dificil en el Socialismo. La TV muestra una sociedad en pleno desarrollo, con la noticia constante del éxito y el aumento constante de la economía, siendo todo pura ciencia ficción. Lo cierto es que todo aquel que trabaja para el Estado, de alguna forma le roba y eso se traduce en otros verbos: conseguir, garantizar, resolver, pero en el fondo es ROBAR, motivado por el bajo salario. Los cubanos, acostumbrados a ese bajo salario, se han refugiado a sobrevivir de ese robo diario de los recursos estatales y a conformarse con ello en lugar de protestar por sus derechos. El gastronómico altera la ficha técnica y saca más raciones con menos gramaje, el barrendero vende las escobas, el pintor esconde su litro y lo tira por fuera, el bodeguero, certero en la báscula acumula las onzas, el panadero trafica la harina, el aceite y la levadura para un socio que fabrica dulces. Es así como funciona el Socialismo, al ritmo de robo y la corrupción, que no nace abajo, nace en las mismas entrañas de la élite gobernante.