Los males de un virus y el virus de tantos males.

Los males de un virus y el virus de tantos males.

El ser humano no puede estar ajeno a los sucesos que atañen al mundo de hoy. Cuando usted abre los ojos durante el amanecer, prende el televisor y ahí le entra lo último del CORONAVIRUS. Después de hacer las primeras tareas matutinas, toma el periódico y en la primera página se encuentra el bichito con un montón de tarritos y algo sobre la cantidad de personas que el muy perverso se cargó en el día anterior. Ya aburrido de oír tanto sobre éste ser invisible a simple vista, apaga la TV y enciende el radio y en cualquier emisora que logre sintonizar escuchará: "Nasobuco por aquí, CORONAVIRUS por allá". En el caso de Cuba, los males que ha arrastrado éste maldito engendro, si se le pudiera llamar, han sido muchos. 
Arriba de las escaseces han venido más escaseces y ya estamos al borde de la penuria. Yo mismo he contribuido con mis publicaciones a que nos quedemos en casa, pero es prácticamente imposible dado a tantas necesidades de alimentación y a las desapariciones de los productos de primera necesidad. El Gobierno revolucionario ha desatado toda una cacería de brujas sobre aquel que intenta vender algo en el mercado negro. Los niveles de chivatería se han disparado como nunca antes en el quehacer de la vida social de los cubanos. Ahora cualquiera marca a la Policía y denuncia que X individuo está vendiendo determinados productos a precios inflacionarios y acto seguido aparece la PNR y aplica el decomiso, detiene al sujeto y lo llevan a juicio después de imponerle una fianza. 
Se sabe que Cuba siembra y cosecha grandes cantidades de chivatos, pero jamás se había conocido, con la presencia del nuevo CORONAVIRUS, de una cosecha tan abundante de voluntarios con más de un metro de lengua. No se puede negar que ha crecido mucho, este año, la Asociación Nacional de Lenguas de Trapos y activos cederistas. 
Arriba de la desaparición de jabón, detergente, desodorante,  pasta dental, aceite, arroz, carnes, pollo y hasta sal hay que quedarse en casa y esperar que el Coronahambre te mate primero que el CORONAVIRUS.
Este aterrador  organismo unicelular ha llegado para quedarse y ha servido al mismo tiempo para que el instinto de supervivencia de cabida y soltura al egoísmo y la envidia, signos propios y característicos de nuestro invencible Socialismo sostenible. Sin embargo el propio Estado cubano en sus tiendas, una que otra vez, oferta carne de cerdo, nada más y nada menos que a 62 pesos cubanos la libra o su equivalente en divisa, al mismo tiempo que persigue al particular que sacrifica su cerdito e intenta vender su carne a 35. Que nadie toque nada, yo solo, puedo tocar" dice el Gobierno de Cuba.

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